domingo, 18 de octubre de 2009

Malditos bastardos: no es otra peli de Nazis

Superada la sublime escena inicial, durante la primera parte del filme el espectador se debate entre la carcajada y la turbación de que un episodio tan dramático de la historia pueda resultarle cómico. Pero tras la proyección de la cinta la sonrisa y el deleite dominan las salas de los cines. Y es que el descaro de Tarantino al presentar a un Hitler ridículo hasta el extremo y a unos Malditos bastardos capaces de reescribir el pasado va in crescendo a lo largo de la película.

La Segunda Guerra Mundial sirve de contexto para el encuentro de los personajes. Un grupo de soldados norteamericanos de origen judío cuyo único objetivo es matar Nazis. Una agente doble que les ayudará en su tarea. Una joven judía que presenció el asesinato de toda su familia y busca venganza. Un inteligente “cazador de judíos” que tratará de impedir cualquier atentado contra el Reich.

La historia, la conocemos. Aunque Tarantino se permite ciertas licencias a la hora de narrarla con su particular estilo y con una visión sorprendente. Tanto que desde la butaca a veces se confunde la realidad con la ficción y otras muchas, el director nos hace cuestionarnos aquello de “¿qué habría ocurrido si…?”.

Quentin Tarantino cuenta a ELPAIS.com que se planteó la película como la historia de “un grupo de hombres en una misión”. Cuando empezó a escribir el guión el director no albergaba pretensiones de ningún tipo. Asegura a EiTB.com que fueron sus personajes los que hicieron fluir el argumento. Cuando cobraron vida, ya no pudo pararlos.

El elenco de actores elegidos para encarnar a los protagonistas no pudo ser más acertado. El director reconoce que cuando escribe sus diálogos los dota de cierta musicalidad que pocos son capaces de interpretar. No todo el mundo sabe leer poesía. Pero Brad Pitt, Christoph Waltz, Mélanie Laurent, Diane Kruger, Michael Fassbender o Daniel Brühl sí convencieron al exigente Tarantino.

Christoph Waltz (coronel Hans Landa)
Mélanie Laurent (Shosanna Dreyfus)

El cine como solución

Que el tercer Reich pueda ser fulminado gracias al poder “oculto” de las películas y desde una sala de cine no es casualidad. Quentin Tarantino no pudo evitar sentirse seducido por esta idea y plantear que fuera el séptimo arte el que destruyera a los Nazis. No es más que un sueño con un final nada feliz, cierto. Pero un idilio que sólo los grandes pueden atreverse a recitar.

Tráiler de Malditos Bastardos (en inglés, subtitulado en español)


Otras visiones particulares

Pero Tarantino no es el primero que osa mirar con desprecio a los Nazis y reinventar los años de barbarie que impusieron en Europa.

Con más ternura e ingenuidad, Roberto Benigni nos enseñó que La vida es bella, incluso en los campos de concentración, si nos esforzamos en mirar con esperanza.
La historia de un padre que lucha por salvar la vida y la inocencia de su hijo cuando ambos son arrestados por su condición de judíos arrancó las lágrimas del público en 1998. El director nos demostró que en los juegos de niños (escena en español) los malos nunca ganan.

Cartel de La vida es bella

Muchos años antes, en 1940, un tal Charles Chaplin parodió la dictadura y la represión enfermizas de un hombre que en esa época dominaba el centro de Europa. El gran dictador apela en tono de humor a la libertad del ser humano y al fin del totalitarismo.

Cartel de El gran dictador

El mismísimo Hitler tuvo oportunidad de ver la película de Chaplin. Lo que no es nada probable es que se sintiera identificado con el magnífico discurso a la humanidad (escena en español) pronunciado por su alter ego.

El propio Chaplin reconoció tiempo después del estreno del filme que, de haber conocido las atrocidades cometidas por el régimen Nazi durante los años de su dominio, no habría creado una película tan sarcástica.

Tarantino quizá se enfrentó a la misma duda. O quizá no. En cualquier caso, la última aportación al cine de este singular director no dejará indiferente a nadie. Él lo sabe: estamos ante una gran cinta. “Creo que esta podría ser mi obra maestra”, dice Pitt en una de las escenas del filme… ¿Es Tarantino quien habla?


Escena de Malditos Bastardos

3 comentarios:

  1. interesante....si tenia ganas de verla ahora tengo muchas mas!

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  2. Me alegro Raquel. Espero que la disfrutes y que sigas nuestras próximas publicaciones.
    Gracias por leernos :)

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  3. Como peli de Tarantino está muy por debajo de Reservoir Dogs y Pulp fiction, quizá a la altura de Kill Bill. A mi me gusta Mr Q. porque es un tipo que tiene personalidad y hace algo diferente al resto pero en esta pelicula quitando el principio (que es soberbio), el final (que le echa un par de cojones) y los personajes de Landa y Stiglitz, el resto flojea muchisimo. Me sobra toda la historia de la judia Shoshana (que da la impresión de ser la verdadera protagonista del film), de los bastardos apenas sabes nada ni quienes son salvo tres, la escena del bar es alargada hasta la extenuación, aunque la interpretación de Diane Kruger me parece muy buena. Eso si, es imprescindible ver la peli en versión original por todo el lio que se traen con los lenguajes y los acentos (descojone máximo con el momento del encuentro entre Landa y Raine en el cine hablando en italiano). A mi la peli me ha gustado pero como peli de Tarantino no me parece su obra maestra (como él mismo dice en boca de Brad Pitt al final)

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